Para saber un poco...

Formación de lectores de libros-álbum

Formar lectores de libros-álbum resulta una tarea compleja y muy dedicada. El mediador entre la lectura de estos libros y los niños debe, primeramente formarse a sí mismo como lector de libros-álbum.
La formación de lectores de libros-álbum favorece la articulación entre el qué y el cómo se dice lo escrito; qué y cómo se muestra desde la ilustración, la diagramación y la tipografía.
Existen múltiples formas de articulación, algunos autores sólo juegan entre texto e ilustración, otros, en cambio, establecen relaciones entre el texto, las ilustraciones, la diagramación y la tipografía. Son muy pocos los autores que explicitan dichas relaciones, por lo tanto, es el lector quien debe inferirlas. Por ello, resulta fundamental que el mediador/docente realice una tarea profunda, detenida y minuciosa antes de presentar una obra a los más pequeños.
Los niños de hoy, que nacieron en un mundo audiovisual muy establecido, probablemente, descubran mensajes, relaciones que a los adultos no nacidos en esta nueva era se les pueden escapar. Razón por la cual, el mediador debe ir y venir, una y otra vez sobre cada obra para poder encontrar los mayores detalles que cada obra contenga. 
Ser lector de un libro-álbum implica: leer y ver (estas dos posiciones que resultan complementarias para la construcción del sentido de la obra), desentrañar la visión del mundo que un autor plantea a partir de la articulación de texto e imagen, volver una y otra vez sobre la relación lo escrito y lo visual; reconstruir lo que ya se sabe sobre los recursos literarios desde lo textual; y advertir nuevos recursos a partir de la articulación texto-imagen.

Las imágenes son generadoras de preguntas, de distintos interrogantes y es tarea del docente buscar la mayor cantidad para poder trabajarlas con los niños. Para ello el docente debe recurrir a los diferentes recursos del libro-álbum.

Recursos del libro-álbum

Ana Siro en una conferencia acerca del libro-álbum nos aporta cinco recursos a tener en cuenta en el momento del leer los textos. Estos recursos son:
1-      Delegar en la imagen la descripción de los personajes, escenarios o las acciones secundarias de los personajes.
2-      Introducir una historia dentro de otra.
3-      Vulnerar la linealidad del discurso.
4-      Plantear juegos de ambigüedad entre la realidad y la ficción de lo que se plantea.
5-      Incluir alusiones culturales y literarias como iniciación a la intertextualidad.
Estos recursos, muy valiosos del libro-álbum, que permiten al lector ir más allá de las palabras son la base para el mediador. Este debe tener en cuenta estas cuestiones, leer y releer los textos para no perder ningún detalle, o por lo menos poder detectar la mayor cantidad antes de presentar el libro a los niños.
El primer recurso es utilizado en todos los libros-álbum; en ninguno encontraremos la descripción de los personajes o escenarios porque sería redundante.
El resto no los encontramos, sí o sí en cada libro, pero podemos encontrar uno o más de uno en un sólo cuento, por ello es que al presentarle a los niños un texto de estas características no lo podemos presentar sólo como una historia que se narra desde lo escrito, en el libro-álbum la imagen suele tener mucha más información que el texto escrito. 

Condiciones didácticas para leer a otros libros-álbum.

La primera condición para poder acercarle a los niños la lectura de un libro-álbum es la misma que necesitamos para comprender profundamente cada obra, es decir, la lectura profunda y minuciosa del libro a presentar porque se puede ir comprendiendo la forma de organización y sus detalles en la medida en que el proceso de lectura de realice una y otra vez.
Luego se debe pensar, en que es lo que quiero lograr transmitir como mediador a los pequeños. El libro-álbum, por los recursos que presenta se transforma en un excelente recurso para trabajar un contenido específico con los niños.
Por ejemplo, se puede partir del libro “Una caperucita roja” de Marjolaine Leray para trabajar con cuentos tradicionales o a la inversa.
El libro-álbum nos permite sumergirnos en la cultura en la cual fue pensado, esto nos permite adentrarnos en otros contenidos como pueden ser, por ejemplo, las obras que encontramos en distintos textos de Anthony Browne (Willy el soñador, Las pinturas de Willy).
También se pueden trabajar la ruptura de la temporalidad y los diferentes puntos de vista, por ejemplo, desde “Voces en el parque” de Anthony Browne, partiendo desde un texto como este podemos adentrarnos en mundo más complejo, que sólo nos lo permite hacer con los más pequeños el libro-álbum. Comenzar a trabajar con los niños desde un libro con estas características se los puede iniciar en el concepto de que no todo se ve de una sola manera. 
Los libros-álbum tienen muchos detalles para ser analizados una y otra vez, muchas maneras de ser comprendidos, por lo tanto, la condición principal supone lectores que puedan abrirse a nuevas posibilidades de lectura.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario